En los años setenta, el sueco Keke Rosberg, tenía una gran reputación en las categorías juveniles antes de comenzar su carrera en Fórmula 1 en 1978 con una victoria en Silverstone con Theodore. Antes de este triunfo, Rosberg ya era famoso por su talento.
Su mejor momento llegó con Williams cuando Alan Jones se retiró al final de la temporada de 1981. Con tan sólo una victoria en el Gran Premio de Suiza, Keke ganó el campeonato del mundo.
En la temporada de 1983, Williams sufrió un retraso en el desarrollo de los turbocompresores que les impidió utilizarlos hasta la última carrera. Ya con ellos en 1984, Keke no pudo luchar contra el McLaren de Alain Prost y Niki Lauda. Sin embargo, obtuvo una victoria increíble en las condiciones torrenciales del Gran Premio de Dallas, donde la mayoría de sus competidores no fueron capaces de llevar el coche.
Confesó que tuvo sus reservas sobre la decisión de su equipo de firmar con Nigel Mansell en 1985. En su última temporada con Williams, ganó dos carreras con el FW10 y consiguió una pole en el Gran Premio de Gran Bretaña. Allí realizó la que ha sido la vuelta más rápida de la historia de Fórmula 1 durante 16 años. En 1986 decidió firmar con McLaren.
Los cambios técnicos del McLaren MP4/2C ayudaron a Keke, pero tuvo mala suerte y unos problemas eléctricos le impidieron estar en el podio en Australia. Sin embargo esta fue una carrera en la que demostró todo el talento que hay detrás de esa gran reputación.