Ayrton Senna, para muchos el mejor piloto de F1, corrió un total de 161 grandes premios, acumulando 41 victorias en su carrera. Pilotó para McLaren entre los años 1988 y 1993, ganando el Campeonato del Mundo de F1 en 1988, 1990 y 1991. Recordando el gran Ayrton Senna, también hemos tenido la oportunidad de echar un vistazo a la trayectoria del fundador de McLaren, Bruce McLaren, que nació en 1937 y que corrió 101 grandes premios, logrando 4 victorias.
Nacidos con 23 de años de diferencia y en lados opuestos del mundo, Bruce McLaren y Ayrton Senna hicieron grandes contribuciones a la Fórmula 1. Puede ser tentador nombrar a Ferrari como la escudería más famosa, pero McLaren ha sido siempre la más emprendedora de todas ellas.
Bruce fue un ingeniero de modales exquisitos, práctico y con los pies en la tierra. Nacido en los suburbios de Auckland, era hijo del dueño de un taller. Senna provenía de una familia acomodada de Sao Paulo. Ambos fallecieron mientras forzaban los límites de un deporte que amaban. Bruce se estrelló mientras probaba uno de sus coches deportivos en Goodwood, Ayrton cuando lideraba el GP de San Marino pilotando un Williams. Fallecieron a los 32 y 34 años respectivamente. Ambos se encontraban en la cima de sus carreras.
Bruce era un piloto constante, ingeniero práctico, un jefe de equipo con una personalidad sociable. Era el tipo de persona que se dejaba llevar por la corriente. En este sentido Ayrton y él eran la noche y el día. Sin embargo, paradójicamente, los dos tenían las cualidades necesarias para desempeñar su trabajo. El buen humor y la personalidad madura de Bruce, buscaban que su emergente compañía fuera competente. Ayrton, por el contrario, quería superar a todo el mundo en cada circunstancia.
Senna fue una revelación absoluta desde el momento en el que irrumpió en la parrilla de la F1 al volante de un Toleman. Cuando en 1988 se unió a McLaren con Prost, ya había ganado carreras con Lotus.
En su primera temporada Senna acabó con el dominio de Prost y volvió a casa con el primer premio. Su rivalidad con el francés era notable. Pero al año siguiente el francés volvió a tomar ventaja antes de que Ayrton se recuperara para ganar los campeonatos de 1990 y 1991.
Pero quizás su mayor éxito llegó en 1993 durante el Gran Premio de Europa celebrado en Donington Park. Allí, al volante del Cosworth con motor McLaren MP4 / 8, superó a sus rivales en pista mojada. Sin embargo, a final de año Ayrton decidió irse a Williams. Y la trágica historia de este héroe brasileño llegó a su fin.
Amaba a su familia y respetaba a sus padres. Siempre estaba a gusto con los niños, a los que trata como adultos jóvenes. Sus esfuerzos detrás del volante fueron imitados por algunos de sus contemporáneos, pero seguramente el fue la mejor persona que se sentó en un coche de F1.