Gran Premio de España 2015
Existe la creencia errónea de que la F1 hace sus tests de invierno en el Circuit de Catalunya por el tiempo. En realidad, en febrero en Barcelona nunca hace calor y rara vez sale el sol, pero el circuito tiene la ventaja de contar con una configuración idónea para poner a prueba los monoplazas nuevos y sacar a la luz cualquier punto débil que presenten.
El Circuit de Barcelona-Catalunya (como ha sido rebautizado) es una pista que define tendencias, pues permite realizar un examen integral de todos y cada uno de los aspectos del diseño del coche. Es un circuito de potencia, pero también exige altos niveles de carga aerodinámica. Presenta curvas de velocidad alta, media y baja (estas últimas exigen una tracción excelente), y una superficie abrasiva que dejará en evidencia rápidamente a un coche que desgaste mucho los neumáticos.
El DRS, las gomas Pirelli y ahora los nuevos motores híbridos han hecho del Gran Premio de España un espectáculo apasionante, si bien antes –posiblemente debido a que los equipos conocen el circuito a la perfección– tenía la fama de ser una carrera monótona y sin adelantamientos; no en vano, los ocupantes de la pole se han hecho con la victoria en tres cuartos de los grandes premios celebrados en el circuito desde que se disputó la primera carrera en 1991. Solo en dos ocasiones ha logrado proclamarse campeón un piloto que saliera desde detrás de la primera línea.
Uno de ellos fue Fernando Alonso, que ganó su carrera en casa desde la quinta posición en 2013, su segunda victoria en el circuito tras un triunfo en 2006 con el que se metió a toda la afición en el bolsillo. Jenson también ha saboreado la victoria aquí, en 2009. Las cuatro victorias de McLaren en la pista han sido cortesía de finlandeses: Mika Häkkinen hizo un triplete entre 1998-2000, y Kimi Räikkönen añadió el cuarto triunfo en 2005.
